Hace un porrón de años, a las órdenes de un jovencísimo Alfonso Donoso y con la inestimable ayuda de Nico, Boa y Juanbe, no recuerdo cómo ni por qué, se creó el primer Grupo Ǿ. Coco, Straiker, El Agregao, el Gómez, Anacleto, Cobi, Conan, Aniceto, Tiburcio, La Rubia, El Gafas y el Nóbel… (bueno, y muchos más que por allí pasaron y que seguro me olvido).
¡Qué gran aventura! Fueron sin duda los mejores años de nuestra juventud. Vivíamos el Campamento con una gran responsabilidad, por un lado había que ayudar en todas las tareas domésticas y por otro, mantener animado el cotarro. Tratábamos de hacer el campamento más llevadero para los chavales (yo lo había pasado fatal mi primer año de acampado pues echaba de menos a mi familia, el pueblo, las “comodidades”...) y según me han contado muchos de los que entonces eran acampados, lo conseguíamos, pues nos suelen recordar con gran cariño.
Para el recuerdo aquella inolvidable corrida de toros…
Muchos han sido los que desde entonces han pasado por este “estatus” (pertenecer al Grupo Ǿ al llegar a cierta edad es todo un honor) y como la vida finalmente me llevó a dirigir el Turno de los pequeños, quiero aprovechar desde aquí para felicitar a todos los que han realizado esta labor y dar ánimos a los que vendrán en un futuro, pues se de primera mano que son fundamentales para el buen funcionamiento del campamento. (Seguramente vosotros podréis recordarme nombres y anécdotas.)
Que Dios os guarde y que el espíritu de San Otto os acompañe.
El Conan
¡Madre Mía! Parece que fue ayer mismo.
ResponderEliminarFueron los mejores años de juventud, que sin duda, alguna dejaron su impronta en cuantos pudimos vivirlos junto a cada uno de vosotros.
El tiempo ha pasado pero los recuerdos de aquellos días, de aquel grupo, de aquella amistad no podrá diluirse con el correr del reloj. Siempre será un orgullo haber compartido junto a ese primer grupo 0 mis primeros coletazos como uno de los responsables de nuestra, siempre locamente amada, Barrosa.
Siempre Unidos.
Alfonso Donoso
A mi me flipaba el día de San Otto, en el que, si no recuerdo mal, monitores y grupo 0 intercambiaban silbato y, por tanto, responsabilidades. Ese día podía ocurrir cualquier cosa.
ResponderEliminarMe sumo a la felicitación a todos los grupos 0 que han currado en el campamento y han tenido los frigoríficos bien cargaditos.
Saludos
Petos.
Que maravillosos recuerods, Conan. Lo mas bonito del grupo, fue como sin ser un grupo de amigos que saliesen juntos, incluso con gente de otros sitios, sabíamos muy bien nuestras responsabilidades y actuaciones a seguir en el campamento. Grupo en el que había de todo, el que sabía cantar, tocar la guitarra, arreglar cualquier chapuza, estar atento al detalle mas pequeño, alegrar una velada, no olvidar ninguna actividad del grupo y recordársela a los demás,... etc. un grupo muy heterogénero pero que a la vista de su funcionamiento y consecución de objetivos era MUY HOMOGÉNEO.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo a todos y cada uno de los acampados que han formado, forman y espero se siguan formando muchos grupos CERO.
ayyyyyyyyyyyyyyyyy que bonitoooooooooooo!!!!
ResponderEliminarQue alegría me ha dao vernos casi igual, que parece que no han pasado los años por nosotros.....
Que recuerdos, que alegrías, que ilusiones, y sobre todo que AMISTAD; pertenecer al grupo 0 conlleva algo especial, casi sectario (no todo el mundo puede presumir de haber formado parte de algún grupo 0).
Y desde aquí propongo, año de aniversarios, que el grupo 0 al que yo pertenecía, se sume en un particular homenaje y podamos conseguir actualizar esas fotos.
SIEMPRE UNIDOS. VIVA SAN OTTO!!!!
Ah, si alguno llama al MILER pa contárselo recordar que ya no se llama MILER, que se llama Juan.
El nóbel.
¡Cuántos buenos recuerdos, si señor!
ResponderEliminarTodavía recuerdo alguna parodia de Tricicle en los fuegos de campamento, ver asomarse en un vídeo casero al señor Nobel 8897 veces diciendo "Mariloli!" mientras hacía el signo de victoria, aquellos tediosos ensayos de canciones en el árbol...
Muchos grupos 0 hemos pasado desde entonces. Y llevas razón, Juan. Seguramente son los momentos más felices que en esa edad pudimos disfrutar. Recuerdo con mucha alegría como creamos las primeras Penaolimpiadas, el afán con el que aceptábamos la responsabilidad de organizar ¡un día entero! del campamento con diversas, charlas, juegos y actividades...
La verdad es que aquella semilla fue un ejemplo que perdura muchos años después como signo de identidad de nuestro campamento y que creo que no se perderá de ninguna de las maneras.
Siempre unidos.