Y que da igual a donde dirija pues este es mi principio y mi fin. Donde el recuerdo de los que pasaron se siente con ilusión. Igual que todos los que en ti acamparon, aquí se queda también mi corazón

 Buenos díaaaaas!!!!!

Hemos vivido el último finde con demasiada intensidad y no queríamos dejar de enseñaros lo que hemos hecho.

El sábado por la mañana nos lo pasamos genial en la Oca y ganó el Grupo 7, ya van apuntando maneras. Además, todavía tenemos en la cabeza la canción: ¡DE OCA A OCA, DE OCA A OCA, Y TIRO PORQUE ME TOCA! También tengo un Arru Angel en el pc 😉

Por la tarde, seguimos con las Olimpiadas, pero esta vez eran mentales. Tuvimos competiciones en ajedrez, pistas rusas, entre otras y para terminar comprobamos nuestra inteligencia ingeniera para salvar un huevo. 

El domingo, fue un día muy especial porque dedicamos la dinámica de la eucaristía al Cristo de la Noche Oscura. Subimos los hermanos de la Cofradía para explicarles a los acampados la relación y unión que tenemos entre JAC y la Noche Oscura. Asimismo, esta dinámica nos sirvió para la misa de por la tarde que se retransmitió por redes sociales y que podéis ver tanto en el perfil de Instagram de JAC como en el Facebook de la Cofradía. 

Al terminar, jugamos al Rancho Pancho para ver quien podía tener más animales en su granja. Mirad que foticos más graciosas. 

Por ser la penúltima noche, bajamos a ver el atardecer a la playa. Es de los momentos más íntimos que tenemos y que guardamos en el corazón para el resto del año.

Por la noche como estábamos más cansaíllos y vimos una peli, de chill

El lunes empezamos el día bastante fuerte. Era el último día de Olimpiadas y echamos una mañana muy intensa en la playa. Os preguntaréis quién ganó al final... BRASIIIIIIIIIL 🇧🇷. Luego seguimos preparando las actividades para finiquitar este año con increíbles actuaciones como las que veréis a continuación.

Ahora toca lo más difícil, despedirse.

Querida familia de La Barrosa,

Es difícil sentarse a escribir estas líneas, pero con el corazón lleno y emocionado se hace más ameno. Comenzamos la preparación del campamento de nuevo sin saber lo que iba a depararme, porque cada año es diferente, pero lo terminamos sabiendo que me llevo más de lo que imagine, experiencias que me han hecho crecer, amistades que son familia y momentos que hay forman parte de mi. 

Durante estos doce días hemos reído hasta que nos dolía la boca, hemos compartido confidencias a la luz de la luna y hemos aprendido que la verdadera magia no está en el lugar, sino en la gente que lo llena de vida. Y aquí, en La Barrosa, la magia ha estado presente en cada rincón.

Llega el momento de dar las gracias:

Cocis, ¿Qué sería de nosotros si no tuviésemos vuestra sonrisa eterna? ¿Qué sería de este campamento sin nuestra figura maternal? No solo habéis cocinado, habéis sido el cariño y el amor personificado en un grupo que ha desmostrado que el cariño se sirve en las bandejas.

A los monitores, servicios técnicos, Paco y Antiñolo. Sois energía, creatividad y corazón. Habéis demostrado que la alegría se contagia, que la paciencia es un superpoder y que mostrar apoyo constante es arte. Gracias por darlo todo, por improvisar cuando hizo falta y por recordarnos cada día lo importante que es vivir el momento. 

A los acampados y acampadas, ¡gracias por tanto! Cada risa, cada palabra y cada abrazo han construido un lazo que sé que irá mucho más allá de estos días. Aquí hemos demostrado que la amistad no entiende de tiempo, que en pocos días pueden nacer recuerdos para toda una vida. 

No me olvido de mis zerotes. Agradeceros mil y una vez vuestro apoyo, energía y compromiso, palabras que son fundamentales para JAC. Sois una parte esencial de esta experiencia y no puedo estar más agradecida. 

Ahora que toca despedirse, quiero que sepas algo: lo que hemos compartido se queda aquí. Lo llevamos en nuestra forma de ser, en los valores que hemos reforzado y en las ganas de seguir construyendo juntos. Porque esto no es solo un campamento, es un hogar que siempre nos espera y que, pase lo que pase, seguirá siendo parte de quienes somos. 

Gracias de nuevo, nos vamos, sí, pero con la mochila cargada de recuerdos, de amistad y de esa sensación de aquí hemos vivido algo único. 

Con todo mi cariño,

Marina Marín (la jefa).

¡SIEMPRE UNIDOS!